lunes, 16 de septiembre de 2013

Hemos creado un mundo de segunda mano, una de esas copias idealizadas que a los seres humanos nos resultan más familiares que la propia realidad.
Quien desea saber como era la vida en la Edad Media si Hollywood lo recrea a su manera?
A quien le interesa conocer como muere un pez, como se desangra, lo abren y le extraen las vísceras si lo que compramos son trozos exhibidos sobre bloques de hielo?
En Estados Unidos los niños dibujan pollos con 6 patas porque los muslos de pollo van en paquetes de 6 unidades.
Tomamos leche de un envase de cartón, pero nos da asco el contenido de una ubre.
Nuestra percepción del mundo se deforma y como consecuencia observamos nuestro entorno con suma arrogancia.
La ciencia corre el riesgo de volverse ciega cuando, en lugar de observar el objeto de su investigación, se limita a recrearlo.
Ya no se trata de entender el planeta, sino de doblegarlo.
En conclusión, todo lo que vemos y creemos saber es todo una ilusión óptica manejada por el sistema.

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